Al elegir una piedra de perfección, es importante considerar el tipo de material en el que se utilizará la herramienta. Por ejemplo, una piedra más suave puede ser necesaria para su uso en metales más duros como el acero, mientras que una piedra más dura se puede usar en metales más suaves como el aluminio. La grosería de la piedra de perfeccionamiento también desempeñará un papel en lo efectivo que es para afilar o perfeccionar una herramienta. Los sémola más finos son más adecuados para el trabajo de acabado, mientras que los aros más gruesos son mejores para eliminar rápidamente el material.